Había una vez una tranquila noche en Springfield, donde los residentes se encontraban disfrutando de sus quehaceres diarios. Sin embargo, algo extraño comenzó a suceder cuando todos los habitantes de la ciudad comenzaron a experimentar sueños perturbadores con los personajes amarillos insignia de Springfield: los Simpson. En estos sueños, los miembros de la familia más querida de la televisión tomaban un aspecto macabro y siniestro. Homer Simpson, en lugar de su alegría característica, lucía una mirada vacía y perturbadora, mientras su risa habitual se convertía en una destemplada carcajada malévola. Marge, en lugar de su pelo azul y ordenado, exhibía una melena enredada y llena de sangre, mientras caminaba con lentitud y de manera amenazante. Bart, normalmente travieso pero inofensivo, se transformó en un vengativo niño diabólico. En sus sueños, se dedicaba a aterrorizar a sus compañeros de clase y vecinos con maliciosas bromas y chistes macabros. Lisa, la inteligente hermana mayor,